Tuesday, February 23, 2010

TALLERES DE LA RUEDA CARTONERA


Este sábado 27 de febrero de 2007, La rueda cartonera en Jugueteando, al rescate de los juegos tradicionales e indigenas, dará dos talleres fabricación de libros artesanales, reciclados, cosidos, pegados y pintados a mano. Los esperamos a las 12:00 y 16:00 p.m. , en la Rambla Cataluña (Andador Escorza).

Saturday, January 10, 2009


La rueda la rueda larueda

12 ruedotas

Lanzan edición conmemorativa de La Rueda en su séptimo aniversario
CECILIA DURAN


La publicación cultural La Rueda cumple siete años Foto: HECTOR JESUS HERNANDEZ
El número 12 de la revista de literatura y artes visuales La Rueda ya está en circulación, y es la edición conmemorativa del séptimo aniversario. Poesía, narrativa, crónica, ensayo, fotografía y escultura integran el recorrido de sus páginas y conforman una publicación con calidad.
“En siete años esta revista para nosotros ha sido la que más satisfacciones nos ha dado porque tiene más calidad, no solamente en el paquete, sino en el diseño, en la forma en que la gente la puede ver y disfrutar más. Queremos continuar con una línea editorial que prefiera contenidos con calidad, con originalidad, con visión social, que pueda abarcar más lectores. Que no solamente sea literatura local, sino que haya otras voces, como la de gente que estudia filosofía, sociología, historia, y tratar de que no sean siempre los mismos en todas las revistas, para que la gente que empieza a escribir tenga esta opción”, refirió el director de La Rueda, Sergio Fong.
En el presente número se puede encontrar en la sección Escarbando hay una entrevista de Carlos Prieto Acevedo e Inti Meza al filósofo español José Luis Pardo. Gustavo García Hernández, María Jesús Fuentes, Javier Ramírez y Fany Enrigue publican poesía.
En Narrativa, Sergio Fong presenta Azul y Adán Echverría El paso de las horas. Frida y su vía dolorosa es el título del ensayo de Ramiro Aguirre, ilustrado con dibujos de Sergio Garval. La Crónica en este número es de Carolina y se titula Las luces de Xanica.
Dibujo, fotografía y escultura para hojear
Como es tradicional, La Rueda también publica fotografías de la obra de artistas de diferentes disciplinas. En el número 12 puede verse una serie de 11 imágenes en blanco y negro de Nora Cristina Martínez Pacheco titulada Cucapá un pueblo en resistencia.

Monday, August 11, 2008

La inconformidad contra las autoridades municipales por la clausura de la rueda


La rueda la rueda larueda

La rueda la rueda larueda

Cultura y poder: a propósito de la clausura de El Cantón de la Rueda y similares dislates


Enrique G. Gallegos[1]

Pocas actitudes son tan perniciosas para la cultura como el desprecio de quienes ejercen el poder (político, social, instrumental), aun por encima de la indiferencia. Sobre todo si éste se reviste de una supuesta legitimidad democrática. Algo anómalo ha de pasar por la cabeza de los funcionarios cuando clausuran un espacio cultural. El subterfugio legal no debe colocarse como argumento. A lo sumo sintetiza el pretexto de quien no tiene argumentos.
Aun en el supuesto de que la cultura sirva para poco o nada, tampoco se puede afirmar que sea perjudicial. Hasta donde sé ninguna lectura de poemas ha conspirado contra la seguridad del Estado. Si un trío de locos se reúnen para planear una revista, una exposición o un festival que seguramente los dejará en bancarrota, no puede llegar otro más rematado a culparlos de “ilegalidad”. Es el colmo de la chifladura. Habría que insistir: es más peligroso un burócrata con un reglamento municipal en la mano que un poeta con un par de versos. Intuyo que detrás del comportamiento de los funcionarios municipales se encuentra el viejo esquema del autoritarismo de la era del PRI: la imposición, la falta de diálogo, la incapacidad para escuchar y hacer distinciones, pero sobre todo la falta de respeto a la otredad (particularmente si es algo que no se entiende como el arte y la poesía). La táctica del “palo o pan”. Lo más sensato era revisar, investigar, pedir cuentas y sólo después actuar.
Bajo el artilugio del “Reglamento” se atropellan las más elementales condiciones en las que un artista, escritor o poeta debe trabajar. Y no se trata de becas, estímulos, concursos, subsidios, incremento de burócratas y construcciones de magnos “Centros Culturales” y fastuosas bibliotecas que albergaran libros que nadie consultara. Es algo mucho más elemental: no obstruir y dejar hacer. Vamos: no estorbar. Si los burócratas (regidores, directivos, inspectores) han mostrado una ineptitud histórica, lo más elemental que deben hacer es no entorpecer y torpedear los pocas o muchas, mediocres o buenas, acciones, programas y actividades que se realizan en esos espacios culturales.
Pero justamente la medianía de quienes dirigen los destinos ciudadanos no parece aceptar la creación de espacios alternos de cultura. Cobijados en el velo de su ignorancia (nada que ver con Rawls) no alcanzan a distinguir la diferencia entre un espacio cultural y un centro botanero, entre una galería y una cenaduría, entre un libro no industrial y los “chetos”. Tampoco se trata de sacralizar la cultura y pretender resituarla en el Parnaso. La exigencia sigue siendo elemental: no estorbar. Si el burócrata no ayuda, tampoco debe obstaculizar. La claridad de la frase encierra lo que debería ser una premisa básica de la administración municipal. ¿Por qué en lugar de pretender controlar no se libera lo más posible de regulación a los espacios culturales? Un simple aviso a la autoridad y un procedimiento sumarísimo bastarían para instalar un centro cultural. La discusión de si es negocio o no, es volver a confundir los términos y olvidar lo elemental: la cultura es un entramado de símbolos, prácticas y cosmovisiones que dan sentido, cohesión y orientación a individuos y grupos sociales. Si alguien logra lucrar con ella o de plano cae en bancarrota es otro boleto.
Si la cultura que hacen o pretenden hacer esos espacios culturales tiene significación social enraizará en obras, en actos, en libros y desencadenara intuiciones, propuestas o movimientos; si no, pasará a ser otro flamígero en la larga cadena de historias de la insignificancia (lo cual tampoco está mal). Pero algo debe quedar claro: si la cultura tiene sentido siempre será al margen de las oficinas de gobierno, de sus reglamentos, circulares, decretos, iniciativas y demás jerga burocrática. Por ello, clausurar un espacio cultural no sólo es imprudente sino ridículo.
Pero lo ridículo se vuelve trágico cuando quien clausura tiene además el poder discrecional de incorporar la cultura con el espectáculo y el entretenimiento semanal.
[1] Poeta, filósofo y crítico literario

Wednesday, August 06, 2008

Como el gato de alicia

El Cantón de la rueda

El Cantón de la Rueda desde su fundación se ha dedicado a promover y difundir el arte y la cultura independientes, nuestro espacio es un lugar de convivencia de un nutrido grupo de artistas independientes que utilizan la casa para hacer diversas actividades artísticas y culturales. En nuestro espacio se han llevado jornadas, estatales y nacionales de revistas independientes, presentaciones de libros, una exposición del arte y el costumbre Wixarrica, ha sido sede del festival cultural “La Otra Fil”, se han presentado una diversidad de libros y revistas independientes. El Cantón de la rueda existe una pequeña librería en apoyo a las editoriales, revistas y escritores independientes, porque este tipo materiales no se exhiben, ni se promocionan en las librerías tradicionales. Aquí también han expuesto individual y colectivamente una gran cantidad de artistas visuales, se han realizado performances, altares de muertos, talleres de pintura, música, ciclos de cine, video y documentales. Nuestro espacio nunca ha realizado actividades con fines de lucro.

El día 26 de julio de 2008 siendo aproximadamente las 3 de la mañana un grupo de inspectores acudieron a partir de una supuesta orden, pero nunca la mostraron ni se identificaron en forma oficial… allanaron nuestro espacio, el cual rentamos colectivamente y lo consideramos nuestra casa. Los invitamos a retirarse de nuestro espacio, pues no estábamos de acuerdo en desalojar nuestra casa. Al no encontrar eco de su intransigencia llamaron a la fuerza pública.
Después de la recia discusión optaron por retirarse, pero después regresaron cuando las puertas de la casa estaban cerradas y cual tunantes colocaron su sello de clausura. A nadie se le notificó de tal efecto, algunos de nosotros tuvimos que acudir a las oficinas de Inspección y vigilancia, donde se nos entregó una copia simple del acta no. 80754 y se nos pidió acudiéramos con el secretario general del Ayuntamiento para que nos certificara el acta y pudiera ser calificada. Una vez certificada, asistimos a las oficinas de calificación y se nos comentó que el acta no puede ser calificada porque le falta la firma de liberación, la cual al parecer se nos otorgara el 8 de agosto del presente.

En dicha acta se señala que se clausura por falta de licencia municipal para operar un supuesto giro de “centro cultural”. Lo manifestamos una vez más, lo que nosotros realizamos en el Cantón de la Rueda, son eventos de carácter de promoción, difusión del arte y la cultura independientes, sin ningún interés de lucro. Consideramos que esta clausura coarta nuestro derecho de reunirnos libremente, de organizarnos, de expresarnos y disfrutar el arte y la cultura en forma individual o grupal. El arte y la cultura no nos viene por decreto gubernamental, o porque la buena voluntad de las autoridades así lo decida. Es un hecho que en nuestra comunidad cada vez hay más artistas y menos espacios donde exhibir, promocionar y/o difundir su creación. En nuestra casa cultural, estamos realizando un esfuerzo, una labor con el deseo de compartir nuestras creaciones, de crecer como artistas, de convivir con los otros, de gozar y disfrutar del arte y la cultura. Si la demanda de los artistas crece y no hay espacios, entonces debemos crearlos, inventarlos o simplemente tomarlos. ¿Quiénes van a entregarlos, quiénes van a brindar esos espacios? ¿Dónde están las políticas culturales en beneficio de la sociedad, de la comunidad artística? Si no las hay, tenemos derecho a construirlas como ciudadanos que habitamos esta urbe.
Ahora bien, un espacio cultural independiente no tiene porque ser, forzosamente un giro comercial, ya que lo que se expone o difunde como objeto de arte, más que un precio dinerario, tiene un valor estético. En este caso, el precio de una obra, presentación u objeto artístico es sólo para seguir dándole vida a la cultura y no para tener ganancias comerciales.
Sabemos de la necesidad de socializar el arte y la cultura, por eso queremos que llegue a toda la gente, a toda la comunidad jalisciense. Pensamos que para coexistir en un sociedad democrática, deben democratizarse también los quehaceres y los deberes, en nuestro caso, no creemos que solamente deba caer la responsabilidad en el gobierno el difundir y promocionar la cultura, la ciudadanía también debe comprometerse en ese bien común; esa es precisamente la intención del Cantón de la Rueda: participar en la creación, promoción y difusión de la cultura en Jalisco como una responsabilidad ciudadana.
Por todo lo anterior, no estamos de acuerdo en que el Ayuntamiento de Guadalajara, a través de Padrón y Licencias deba tratarnos como un negocio, pensamos que debemos tener una audiencia y un acercamiento con la Dirección de Cultura y/o autoridades competentes para que se nos escuche y así, a partir del diálogo y las razones se entienda que la cultura no se vende, no es ningún negocio, que el Cantón de la Rueda no quiere ser un giro comercial; exigimos tener nuestro propio espacio, y que este tipo de casas de cultura o centros culturales independientes deben de coexistir sin ser señalados como comercios o giro comercial.

Guadalajara, Jalisco a 2 de agosto de 2008

Atentamente:
El Cantón de la rueda.