Monday, October 08, 2007

La rueda rota en su entrega once

Quienes formamos el consejo editorial de La rueda hemos significado con el símbolo de la ida y la vuelta, el giro, la metáfora que se inscribe a modo de editorial, en cada número, a partir de autores reconocidos o mundialmente desconocidos que usan como imagen la rueda para expresar su visión de mundo.

Le pusimos el nombre de La Rueda por que es una connotación, en el lenguaje arrabalero, al uso de substancias que permiten desasociar y/o alterar los estados de conciencia; por nuestra consecuencia con anteriores proyectos editoriales como La Nave del BUSH, Masturbando la Neurona, El Tonsol, VL-2000, La Caguama -que nunca salió, pero sigue en proyecto-, La Alimaña Drunk y ahora la Rueloca. Pero, también, porque nos la encontramos en la imaginería social, como las piedras del camino, el circo, la luna, el plato, el cero, el atlas, etc. Es una forma demasiado común, que representa una infinidad de sustancias. Pero lo más chingón como dice el poeta marginal Miguel de Unamuno, palabras más, palabras menos: es la unica forma creada por el hombre, que no pudo ser copiada de la naturaleza.

Para la selección de textos e imágenes visuales formamos un consejo editorial, el cual ha marcado una línea simple y sencilla, sobre los textos: que estén bien escritos, sean originales y tengan calidad. Con dos de estos requisitos más la sensibilidad del autor, el lenguaje, la ruptura de las reglas establecidas y/o su visión de mundo es casi un hecho que se publica. Para la elección de la parte visual, en fotografía se requiere presentar una serie de fotos, que representen un proyecto plástico acabado, en el dossier se busca un autor con trayectoria, y se hace una pequeña investigación sobre su proyecto visual y en la parte emergente hay jóvenes que por el manejo de su técnica en el dibujo, se les promueve para que continúen con su propuesta plástica. La idea es que sean auténticos, libres, sin carga de influencia o dosis ideológicas que se inclinen a un grupo en especial.

Nosotros somos “independientes” en todos sentidos y por convicción, es decir marginales y no marginados. La rueda ya pinto su raya y no participará en concursos para recibir apoyos institucionales. Nos interesa más trabajar con grupos independientes que engordarles el caldo a las instituciones.

Ahí, es donde nuestra Rueda ha hecho un alto. Como que nos damos color de que la revista también es un fortín, nuestro territorio, la voz de nuestra conciencia, y un poder, el de salir en busca, investigar y encontrar a los colaboradores que tienen merecen ser publicados. El poder de publicar lo que nosotros decidimos y que creemos van a incidir con su quehacer artístico en la sociedad.

La rueda hace mil revistas, Papalotzi hace mil revistas, Va de nuez otro tanto, otras hacen 500, otras Dos mil. Para cualquier revista independiente, el reto -más allá de lograr un trabajo de calidad- consiste en sobrevivir. Pero para que estar ahí apestando a muerto. Esto es un Emporio, si continua creciendo la red, las 500 revistas + las mil + las dos mil + las doscientas, ya son un chingo de revistas y multiplíquenlo por la cantidad de autores, jóvenes o viejos, marginales o desconocidos que están entregándose con su arte en nuestras revistas, esta cabrón. Si somos una fuerza que resiste, que formamos diques, a piedra y lodo para que no se nos derrame el agua. Pienso que es mejor trabajar en esta fortaleza y no legitimar las instituciones. Pero esa decisión es de cada una de las revistas.

La rueda también, como algunas de las publicaciones, que se han presentado es una revista de literatura y artes visuales, que tiene secciones donde su publica cuento, poesía, ensayo, crónica, fotografía, dibujo, pintura, escultura, música, textos bilingües y otro resto de cosas, están todos invitados a colaborar, enviando su trabajo a los correos que aparecen en la página legal de la revista. (laruedalarueda@hotmail.com).


Texto leído en la II jornada de revistas literárias, Guadalajara, Jalisco, 28 de septiembre de 2007. Centro Cultural Mixcoacalli.

Sergio Fong

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